Si tienes tu negocio o tu marca en la red, lo deseable es aparecer en las primeras páginas cuando se realiza una búsqueda. El posicionamiento web es nuestra casilla de salida y la que nos da ventaja con respecto a los competidores. ¿Cómo puedo aprovecharme y tomar al rival con el paso cambiado?
Pero claro, posicionarse bien no es cosa de arte de magia. Si no queremos pagar por ellos y pasar al siguiente apartado, hemos de apostar fuerte por algunas cosas: cuidar las palabras claves, ofrecer actualizaciones, utilizar herramientas como ubersuggest, que es gratuita y te permite saber lo que más pega.
Obviamente, la generación de un contenido de calidad tiene mucho que ver con el tema. Si tu página posee un blog en el que hay actualizaciones periódicas, está bien escrito y se cuidan ciertos detalles accesorios (enlaces, fotografías, capacidad de enganchar al lector…), quizás no haga falta recurrir al posicionamiento de pago. Se trata de hacer números y ver si el esfuerzo va a merecer la pena.
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La publicidad de pago
Como en todo, hay un camino diferente al gratuito, hablamos de la publicidad de pago como forma de posicionamiento. Hacerlo es una práctica muy habitual para escalar posiciones, pudiendo hacerse desde el rey de los buscadores, Google, a las redes sociales. ¿Te hemos dicho alguna vez que sí o sí tu marca ha de estar en ellas?
Es generalmente muy efectiva, ya que aparecer en costado derecho como anuncio genera muchas visitas. Sin embargo, conviene tener un presupuesto cerrado y saber si lo que vamos a hacer nos conviene. De nada sirve pagar por anunciarse si lo que ofreces es poco más que basura.
No solo se trata de pagar y ya está, hay mucho trabajo detrás para que tu marca funcione. Posicionamiento orgánico, SEO y publicidad de pago deben ir de la mano.
Herramientas como Google My Business es además una buena manera de darse a conocer, permite llegar a un público amplio y que estos se interesen por tu empresa. Permite ver además cómo interactúan con tu marca, ofreciendo una información muy valiosa.
La red de Zuckerberg también es una de las predilectas para anunciarse. Nuestro mantra es siempre el mío, «has de estar en las redes sociales si quieres vender«. En Facebook puedes lanzar tus campañas, pagar publicaciones que consideres interesantes. Como siempre, tener un buen presupuesto que sea acorde con lo que quieres hacer, pero vuelta a lo mismo: ofrece calidad para llegar lejos
Hemos de tener presente que Facebook tiene una segmentación de edad muy clara, en esta red social abundan los adultos frente a los adolescentes, que prefieren otras redes como Instagram. Si lo que ofreces son productos para la tercera edad, Facebook puede venirte bien, Instagram no tanto.
La red social más visual, en la cual todo entra todo por los ojos, es un canal perfecto de ventas gracias a su historias. Se trata de un banner superior que ofrece pequeñas píldoras de contenido muy fáciles de consumir, realmente apetecibles y con un mensaje directo. Aprovecharlas puede ser una buena idea si tu público es joven y dinámico.
Instagram ofrece muchas posibilidades para anunciantes, y cuenta con la ventaja de lo visual. Quizás tengas un pequeño comercio, pero con un smartphone, unos filtros y un mensaje con pegada puedes obtener mucho alcance. Instagram es quizás la manera más sencilla de llegar al gran público. No necesitas grandes descripciones, sino enamorar con lo que muestras.
¿Qué hacer?
Obviamente no hay fórmulas mágicas sobre cómo posicionar bien. Las claves son siempre un contenido de calidad, que se consigue gracias a un buen servicio de copywriting, y un profundo análisis, tanto a nivel SEO como de imagen de marca.
Las palabras enamoran, la imagen engancha y fideliza, y el análisis permite optimizar los resultados. Los tres elementos podrán ponerse a trabajar para conseguir el objetivo: que se te vea y que se te visite. ¿Es necesario gastar? No necesariamente. ¿Quieres llegar lejos? Invierte en contenido, estrategia e imagen. Seomaniak te proporciona todo aquello que necesitas. Recuerda que todo aquello que no hagas, lo haría la competencia.
