Sería muy sencillo responder sobre comunicación empresarial, si te preguntan: “Mis empleados son quienes trabajan para mí y quienes se encargan de mantener en funcionamiento la empresa a cambio de un salario”. Con una respuesta así tendrías más que suficiente, si esto fuera un concurso de definiciones. Pero no estamos aquí para verlos de esta forma, sino de una muy diferente: como usuarios y embajadores de nuestra marca.
De puertas para fuera, el marketing se encarga de aleccionar y convencer a los públicos objetivos, pero muchas veces, el tipo de perfil que buscamos lo podemos encontrar en nuestra propia compañía, lo que se traduce en lo siguiente: nuestros trabajadores también forman parte de ese público objetivo. Pero no suelen verse de esa forma porque la tendencia natural es pensar que, como yo les doy el sustento a cambio de su labor, nuestra relación ya es buena. Craso error.
De puertas para adentro, el marketing no funciona, porque no se concibió con ese propósito. Por eso mismo surgió la comunicación empresarial. Su función es tan importante como las campañas de marketing, porque una plantilla contenta son buenas noticias para nuestra marca.
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El peso de la comunicación empresarial interna
La comunicación empresarial la podemos definir como la capacidad que tiene una empresa de transmitir una imagen determinada sobre ella misma al público general. No estamos delimitando ni segmentando como en una campaña de marketing de contenidos, o seleccionando el perfil adecuado para crear contenido de copywriting; la idea es mostrarnos en el mundo físico y digital de acuerdo a cómo queremos que nos vean.
Este es el campo de acción de la comunicación empresarial, y dentro de este se puede centrar en la externa y en la interna, que es la que vamos a analizar para ver cómo sacarle el máximo provecho. Cuando nos referimos a ella tenemos que tener muy presente que se dirige a todos los miembros que forman la empresa, independientemente de su puesto o del tiempo que lleven en plantilla. Y no es algo exclusivo de grandes compañías o marcas, sino que se trata de una herramienta muy útil para generar sinergias internas y actitudes de compromiso y sensibilización con la empresa.
¿Qué mecanismos debes conocer?
Existe una gran variedad de herramientas y elementos que permiten la implementación de una buena comunicación interna. Hay que tener claro que todos los aspectos relacionados con ella deben cuidarse de la misma manera que se hace con cualquier campaña de marketing, por lo que no consiste solo en ponerlos en marcha, sino que es fundamental trabajar adecuadamente en ellos.
La mayoría de estos mecanismos tienen como objetivo mejorar la organización y la interacción entre nuestros empleados, pero algunos también procuran mantenerlos informados de todas las novedades que pueden interesarles:
1.- Utilizar una intranet
Se trata de una herramienta de comunicación muy poderosa. No solo permite que los trabajadores puedan tener un flujo constante de información y contactos con otros departamentos —lo que favorece la interacción y fomenta el trabajo en equipo—, sino que les permite estar informados de cualquier novedad que les pueda afectar.
Además, suelen ser muy útiles si, además de ofrecer esas novedades, las usamos como centros de datos. Utilizándolos para compartir contenidos exclusivos, simulando la herramienta del blog, para que ellos mismos puedan crear textos u otro tipo de informaciones.
2.- Dar la bienvenida: los manuales y libros de estilo
Cuando empezamos a trabajar en una empresa nueva, aunque hayamos estado en otra del mismo sector, las tareas y rutinas pueden variar. Por eso mismo es conveniente tener en nuestro poder un manual de bienvenida, para que los empleados puedan consultarlo y conocer más a fondo nuestra marca, así como la metodología y filosofía de trabajo. Se trata de un reflejo de la imagen que la empresa quiere transmitir a los usuarios.
También existen los llamados libros de estilo —muy comunes en medios de comunicación—. Estos son un código de la forma y diseño de los diferentes tipos de textos o piezas que tienen que realizarse: qué letras se van a utilizar, cómo deben ser párrafos o qué clase de imágenes van a utilizarse. Esta unificación de estilos también afecta a las campañas de marketing enfocadas en la creación de contenido, pues debe existir cierta familiaridad que asocie la marca con el producto en sí.
3.- Deja que los empleados se expresen
Herramientas como las revistas internas permiten a los empleados participar, de manera activa, en la creación de contenidos. Es una manera efectiva de conseguir que se sientan integrados y escuchados. En la misma línea, pero con un objetivo más concreto, existen los buzones de sugerencias para problemas de tipo logístico y organizativo.
Pero la premisa está clara en ambos casos: el empleado debe tener voz y peso en las decisiones o en la información de la empresa, pues suelen trabajar directamente con el producto. Se trata de un activo fundamental del proceso de diseño y planificación de cualquier campaña. Y este tipo de prácticas las podemos ver en compañías como Balay
Un empleado feliz no tiene precio
Puede sonar a tópico, pero cuando somos felices en un sitio no queremos irnos, por muy mal que esté la situación. Esa idea es la que queremos que transmita cualquiera de las personas que trabajan con nosotros, porque es uno de los mayores reclamos que podemos utilizar para cualquier campaña.
El mensaje del copywriting no solo puede fundamentarse en la palabra, sino en lo que esta quiere decir, y debe existir comunión entre ambas partes: un mensaje desde dentro, no de palabras vacías, sino de personas que confían en lo que hacen.